¿Alguna vez escuchaste hablar de un ‘escape room’ o sala de escape? ¿fuiste a alguno con tus amigos? Lo cierto es que desde el año 2015 se dieron a conocer vertiginosamente en todo el mundo y se han convertido en un plan perfecto para realizar en equipo.
Sin embargo, en los últimos años este concepto comenzó a utilizarse en el ámbito educativo y se ha convertido en una de las técnicas de gamificación más populares. La dinámica consiste en introducir a los estudiantes en una sala (física o virtual a través de plataformas online) de la que deben escapar empleando sus capacidades intelectuales, creativas y de razonamiento deductivo trabajando en equipo.
En esta nota te contamos un poco más sobre su historia y cómo podemos utilizarlo en el aula como herramienta pedagógica.
Como mencionamos anteriormente, un Escape Room (o sala de escape) es una actividad de entretenimiento y/o educativa en la que un grupo de personas se encierra en una habitación temática y deben resolver un enigma o problema a través de un conjunto de pistas. Así, se activan una serie de mecanismos cognitivos que potencian las capacidades de los jugadores. El juego tiene una historia o narrativa, que tiene que ver en cómo se contextualiza la sala. El objetivo puntualmente es que los participantes puedan salir de la sala y para esto deberán usar todas sus capacidades intelectuales, creativas y de razonamiento deductivo.
Si profundizamos un poco en su historia, esta actividad tiene origen en el mundo digital de los años 80 con el videojuego “Behind Closed Doors” que invitaba a los usuarios a resolver enigmas y superar pantallas utilizando su astucia y agilidad mental.
Luego, el primer cuarto de escape se llamó Real Escape Game y fue realizado en Japón en el año 2007 por la empresa SCRAP para un equipo de jugadores entre cinco y seis personas. Finalmente, en el año 2008, Takao Kato creó la primera Sala de Escape en vivo en Japón, lo que dio origen al fenómeno mundial.
En la actualidad existen salas de escape presenciales y digitales que se realizan en diversos formatos como videojuegos, aplicaciones móviles o plataformas en línea.
En el ámbito educativo el diseño del juego se relaciona con alcanzar objetivos de aprendizaje específicos en un ambiente de colaboración. Es decir, los acertijos, pistas, enigmas y actividades, deben estar relacionados a un objetivo y proceso de aprendizaje.
Se trata de una experiencia de gamificación, contextualizada en una historia o narrativa, en la que los estudiantes van siguiendo pistas y usan sus capacidades intelectuales y físicas para resolver enigmas o problemas cada vez más complejos. Como en el escape room normal, el propósito es salir del aula en la que están en un tiempo prestablecido.
Una de las razones principales por las que los educadores han comenzado a elegir esta herramienta es para innovar en el aula, ya que su carácter lúdico y desafiante incentiva la motivación y el interés de los estudiantes.
Sin embargo, podemos mencionar otras funcionalidades y beneficios de esta actividad:
En primer lugar, es importante destacar que el escape room educativo puede realizarse de manera física, virtual o combinar ambas modalidades.
Veamos algunos pasos a seguir para implementar nuestro primer escape room:
Algunos aspectos a tener en cuenta:
En definitiva, los escape rooms se presentan como una herramienta pedagógica valiosa y que trae muchos beneficios tanto al estudiante como al docente. Se trata de un desafío interesante para enseñar y aprender, innovando en el aula.
¿Te animas a realizar uno?
Aquí podrás visualizar algunos recursos para crear tu escape room
Te compartimos un video para aprender a realizar un escape room en la plataforma virtual Genial.ly